Durante los últimos treinta años, diversos estudios han destacado el valor de la dimensión relacional y comunicativa del ser humano. Por una parte, por su implicación tanto en la creación de sentido como en el desarrollo y sostenibilidad de los distintos ámbitos de actividad humana, incluso el económico; y por otra parte, por el papel que juega en los diferentes procesos de cambio social. Un nuevo paradigma personal y recíproco desde el que observar, analizar, describir y comprender la realidad social más allá de acciones individuales autointeresadas y efectos estructurales meramente asistenciales que menosprecian el potencial transformador de la realidad de la sociedad civil y promueven una ciudadanía individualista, dependiente, desencarnada y deshumanizada.

Publicado: 2014-04-19