Cultura, lenguaje y representación / Culture, Language and Representation



Briz Gómez, Antonio (2024): Los conflictos en la conversación coloquial entre familiares, amigos o conocidos. Cultura, Lenguaje y Representación, Vol. XXXV, 13-35

ISSN 1697-7750 · E-ISSN 2340-4981

DOI: https://doi.org/10.6035/clr.7920

Los conflictos en la conversación coloquial entre familiares, amigos o conocidos

Conflicts in colloquial conversation between family members, friends or acquaintances

Antonio Briz Gómez

Universitat de València1

https://orcid.org/0000-0001-6862-6622


Artículo recibido el / Article received: 2024-02-01

Artículo aceptado el / Article accepted: 2024-09-03

Resumen: La intención de este trabajo es describir los rasgos característicos de los conflictos en la conversación coloquial entre familiares, amigos o conocidos, explicar su funcionamiento y observar si existen diferencias entre estos y en comparación también con otros tipos de conflictos de la conversación coloquial, como los conflictos de pareja. El corpus para el análisis lo constituyen las 19 conversaciones que aparecen transcritas en Briz y Grupo Val.Es.Co.. (2002), si bien una de ellas ya fue analizada como conflicto amoroso de pareja Briz (2024).

Intentamos mostrar que se trata de conflictos poco o nada intensos que surgen en un momento concreto de la conversación, que tienen un carácter ocasional, que el activador de dicho conflicto sería la descortesía, aunque a menudo fingida, y en estos destacaría el empleo de recursos humorísticos. Es nuestra intención establecer, así pues, una tipología de estos conflictos a partir de sus rasgos, sin olvidar el papel que en ellos tienen los participantes y los roles que adquieran dentro de la «lucha».


Palabras clave: conflicto, conversación coloquial, conflicto temático, conflicto descortés, conflicto anticortés, conflicto narrativo, conflicto intratable.


Abstract: The aim of this paper is to describe the characteristic features of conflicts in colloquial conversation between relatives, friends or acquaintances, to explain how they work and to observe whether there are differences between them and also in comparison with other types of conflicts in colloquial conversation, such as couple conflicts. The corpus for the analysis is constituted by the 19 conversations transcribed in Briz and Grupo Val.Es.Co. (2002), although one of them was already analyzed as an amorous couple conflict in Briz (in press.).

We try to show that these conflicts are not very or not at all intense, that they arise at a specific moment of the conversation, that they have an occasional character, that the activator of this conflict would be discourtesy, although often feigned, and that the use of humorous resources would stand out in these conflicts. It is our intention, therefore, to establish a typology of these conflicts on the basis of their features, without forgetting the role of the participants and the roles they acquire in the «struggle».


Keywords: conflict, colloquial conversation, thematic conflict, discourteous conflict, anticourteous conflict, narrative conflict, intractable conflict.


1. INTRODUCCIÓN

En un trabajo anterior (Briz, 2024) iniciábamos el análisis de los conflictos comunicativos de familia en las conversaciones coloquiales. En especial, tratábamos allí del conflicto amoroso de pareja, un ejemplo de los denominados conflictos intratables, que Estellés (en preparación 1), define, siguiendo a Coleman (2006), como «intensos, persistentes en el tiempo (o longevos, como también los califica), centrados en necesidades o valores fundamentales, omnipresentes en la vida de los contendientes». Ya apuntábamos al final de aquel trabajo el interés de comparar con otro tipo de conflictos entre familiares, amigos o conocidos, como el que Albelda (2008) denominaba conflicto temático en el matrimonio (o, más exactamente, de problematicidad temática), refiriéndose a la conversación RV.114.A.1 del corpus de conversaciones coloquiales del Grupo Val.Es.Co. (Briz y Grupo Val.Es.Co.). Dicha investigadora, como también Bernal (2007), analizaban en esta conversación los mecanismos de (des)cortesía. Y, más en concreto, Linares (2022) mostraba los efectos lúdicos y humorísticos de algunas de estas realizaciones aparentemente descorteses y cómo estos eran empleados a veces como mecanismos atenuadores de ese conflicto o pseudoconflicto familiar. Ciertamente, señalábamos entonces que la aparición de estos recursos humorísticos podría constituir un rasgo diferencial entre este tipo de conflictos temáticos matrimoniales, que, además, surgen en un momento de la conversación y de forma ocasional sobre temas, digamos, nada fundamentales, nada «graves», frente al conflicto amoroso de una pareja de novios (conflicto intratable) analizado en nuestro trabajo anterior. Más precisamente, el término «temático» lo aplicamos a conflictos provocados por disensiones y desacuerdos entre los «contendientes» y no tanto por las «malas» relaciones personales entre estos, que es el motivo principal o desencadenante esencial del conflicto intratable.

Este estudio analizará las características de estos otros tipos de conflictos temáticos, sobre una muestra de 18 conversaciones del corpus Val.Es.Co. citado, todas ellas grabadas de forma secreta. Asimismo, nuestro análisis intentará observar si, como ocurre en el conflicto amoroso, en este otro tipo de conflictos temáticos entre personas que presentan relaciones de proximidad y cercanía, los participantes asumen papeles de perseguidores/as y evitadores/as (así denominados en el ámbito psicológico: Edwards 2011 y Johnson 2020), si estos son intercambiables en algún momento y si presentan pautas y comportamientos vinculados a dichos papeles. El perseguidor toma una posición ofensiva y no extraña, por ello, que maximice sus acciones, al contrario que el evitador, que intenta eludir o minimizar el conflicto, adoptando así una actitud más defensiva.

2. SOBRE LA NOCIÓN DE CONFLICTO QUE MANEJAMOS: DESACUERDO CONTINUADO, DESCORTESÍA Y EFECTO EMOCIONAL NEGATIVO

Ciertamente, como señalábamos en Briz (e. p.), la noción de desacuerdo es básica para entender la de conflicto (ver Brenes 2009 y 2015, Linares 2022, Estellés 2023 y en preparación 1) y conveníamos con otros autores que todo conflicto supone un desacuerdo previo continuado, al menos, de tres turnos (Schiffrin 1984; Muntigl y Turnbull 1998; Clancy 2018: 229 y ss.). Sin embargo, no todo desacuerdo, ni siquiera continuado, acaba en conflicto.

2.1. Desacuerdo y descortesía, pero no conflicto

En la interacción polémica de (1), hay desacuerdos continuados entre E, L y G. Desde el inicio del fragmento, la opinión de L sobre E no es compartida por esta, que replica una y otra vez las afirmaciones de aquella, como también al final la de G. A pesar de lo cual, no hay conflicto entre E y L, ni entre E y G:

(1)

[L.15.A.2.: p. 90-91, líneas 361-381. Conversación entre amigos. L y E, mujeres, nivel sociocultural medio(alto); G, varón y novio de L, nivel sociocultural medio(bajo), entre 26-55]

((...))

L: yo creo que- no sé↓ que tienes actos muy- muy liberales [en relación a]

E:                                                                                            [no soy nada-] no son liberales

L: parece que sea lo que pienses en un momento pero→

E: parezco muy liberal pero// la verdad es que soy muy conservadora

L: mujer/ en todo no↓ °(tía)°

E: yo sí/ liberaal- soy conservadora enn-/ pues en lo que interesa como to’l mundo// pero vamos no soy nada liberal↓ lo contrario/// lo que pasa↑ es que yo respeto mucho lo que dice la gente↓ a mí- cada uno que haga lo que quiera yy

L: yo por ejemplo no lo haría

E: bien yo qué sé- yo por ejemplo↑/ no sée// a mí me parece muy bien lo que hace cada uno↓ que yo no estoy de acuerdo↑ no quiere decir que yo le critique ni que no/// °(¿entiendes?)°

G: pues ya está/ entonces eres liberal↑/ porquee el ser liberal empieza por uno mismo

E: vamos a ver/ ser liberal ¿por qué? yo- yo me rijo por unas normas↑/ y yo conservoo/ unn- yo qué sé§

G:                   § pues ya está§

Por otro lado, como algunos de los autores citados, destacábamos también que la descortesía es un factor desencadenante o agravador del conflictivo, un activador o reactivo del conflicto, pero lo cierto es que hay conflictos sin descortesías previas y descortesías que no llegan a provocar conflictos. En (2), la reacción de desacuerdo de D (D1: Yeti/// yo no soy un criado tuyo ¿eh?) hacia la orden de A (A1: … mezcla a ver), así como la posterior reacción de C1 a la intervención de aquel, son dos claros desacuerdos intensificados, codificados como descorteses, pero no interpretados como tales. Aquí no hay conflicto tampoco:

(2)

[H.38.A.1.: p- 62-62 líneas 502-507. Conversación entre jóvenes amigos, menores de 25, mientras comen en el campo]


B1: acabaros esta cocacola

A1: os la regalamos// mezcla a ver

D1: Yeti/// yo no soy un criado tuyo ¿eh?

C1: no/ eres una sirvienta

B2: ¡coño! aquí le da el sol// ¡mecagüen la put-!§

D1:                                                                       § ¿ahora te enteras?

En el fragmento de conversación de (3) hay también desacuerdos continuados entre A y M, si bien en este caso se trata de desacuerdos que buscan el beneficio del otro; desacuerdos, casi todos estos intensificados, que buscan tener un efecto cortés (podrían denominarse desacuerdos corteses):

(3)

[S.65.A.1: p. 140, líneas 711-722. M y A, mayores de 55 años, conversan sobre el traje que se ha confeccionado A y de la mejora que le prone su amiga M]


M1: ¡ay!/ NO PUEDE SER ESO§

A1:                                           § ¿por qué?§

M2:                                                             § hay que poner/ hombreras/ se tiene que poner hombreritas§

A2: § no no/ no me gustan

M3: pues a- pues a unas hombreritas pequeñinas/ mujer↑/ forrado- forradas de la misma tela↑§

A3:  § no no§

M4:              § la lana sienta mucho mejor

A4: no/// (2”) me molestan/ me dan calor

M5: QUE NO/ MUJER/ QUE NO

A la opinión insistente y contraria de M (en sus cinco intervenciones y turnos) respecto a la de A sobre el modo como debería esta confeccionarse un traje, siguen cuatro intervenciones reactivas contrarias e intensificadas de A (A1, A2, A3 y A4). No obstante, a pesar de que exista invasión del territorio y espacio del otro y una potencial amenaza a la imagen de A, incluso a pesar de los desacuerdos intensificados de M, extremos como en su intervención final (M5: QUE NO/ MUJER/ QUE NO), el efecto no es de descortesía, en tanto las acciones de M pueden entenderse como consejos en beneficio de A.2 Por tanto, el desacuerdo continuado en varios turnos no termina aquí en conflicto; en otras palabras, no hay un reactivo o desencadenante de este. Y menos aún si se trata, como en este caso, de un tipo de desacuerdos intensificados «corteses».

2.2. Reacciones de desacuerdo con efecto emocional negativo

Según concluíamos en Briz (2024), el conflicto comienza o crece por la presencia de reacciones de desacuerdo con efecto emocional negativo. Nos referimos a reacciones emotivas relacionadas con la frustración, la ansiedad, la incertidumbre, el miedo, el enojo, la ira, la culpa,3 asociadas a una serie de marcas discursivas con función intensificadora, como la presencia de solapamientos interruptivos, la explicitud continuada del yo y del tú a través de pronombres, la interrogación retórica, repeticiones, las expresiones malsonantes, la ironía, etc.)4 y a cualidades prosódicas como la pronunciación marcada, la mayor duración o mayor velocidad de habla, un promedio de la frecuencia fundamental del hablante más alto, mayor intensidad, etc., rasgos que, por su relevancia a la hora de establecer esta negatividad emocional, merecen estudios aparte, como los llevados a cabo por Culpeper et al. (2003), Padilla (2022), Estellés (20235 y en preparación 2). Tales reacciones emocionales negativas no aparecen ni en (1), ni en (2), ni tampoco en (3).

3. UN PRIMER TIPO DE CONFLICTO TEMÁTICO: EL CONFLICTO DESCORTÉS

Esas reacciones o efectos emocionales negativos sí aparecen, en cambio, en el segundo de los fragmentos de conversación de (4). Se trata de un ejemplo que recuperamos de Briz (2024) en tanto ilustra nuestra definición de conflicto y es un magnífico ejemplar del llamado conflicto temático y, más exactamente, de un primer tipo de conflicto documentado en nuestro corpus de conversaciones coloquiales (Briz y Grupo Val.es.Co. 2002): el conflicto por descortesía o por amenaza de imagen. A partir de este se pueden empezar a notar las diferencias con el conflicto amoroso de pareja y con algunos otros tipos de conflictos entre familiares y amigos que describiremos más abajo.

En (4a), B muestra su desacuerdo continuado con A por la compra de un ordenador Mac (el tema o contenido objeto del conflicto es la opinión diferente sobre la calidad de un ordenador según su marca):

(4)

[H.38.A.1: págs. 70-71, líneas 781-818. El interlocutor A se ha comprado un ordenador Mac y a B no le parece acertado y se lo manifiesta de forma intensificada. A y B, varones, jóvenes, son amigos. El otro interlocutor C, también amigo solo pide información]


(4a)

B1: que- haberte comprao un Pecé ¡coño!

A1: no↓ porquee yo [es el único↑ es el-=]

C1:                           [¿te has comprao un ordenador?]

A2: = síi

B2: pero el [Pecé con- yee=]

A3:             [pero hace yaa un mes]

B: =TONI

A4: es el único que puedo[utilizar]

B3:                                    [el Pecé] con [Güindou↑]6

C2:                                                          [¿y dónde te lo] has comprao?

B: es lo mismo que Maquintos

A5: ya ya [con ventanillas y eso]

C3:           [¿de qué marca te lo has comprao↑?]

B4: y ade- además que [es mucho mejor que el Maquintos ¿eh?]

A6:                                [un Maquintos]

En la primera intervención de B (B1: que- haberte comprao un Pecé ¡coño!) se muestra una oposición directa e intensificada, descortés, a la elección de A. El interlocutor B insiste en ello con diferentes argumentos (B2, B3 y B4). Pero, pese al desacuerdo intensificado, no existe efecto descortés, ni conflicto, como se manifiesta en las simples reacciones explicativas de A (A1, A4, A5). El tercero de los interlocutores, C, solicita a A informaciones varias (C1, C2 y C3), que son atendidas por A.

El fragmento que sigue continúa el diálogo anterior:

(4b)

C4:¿¡y por qué no te has comprao un- un Pecé!?

A7: ¡coño! cállate ya↓ hombre/ porque es el único que conozco

C5: [pero ese no es el mejor]

B5: [pero ya te digo/ bu- haber] co- bo- consultao a un profesional ¡coño! ¡me cagüen la puta!§

A8:   § si es un profesional el que yo tengo

B6: ¿¡y yo qué te crees que hago↓ nano↑ donde trabajo!?/ ¡yee! pasa la fanta

C6: vamos↓ [yo es que todo el mundo=]

A9:              [no pero da lo mismo]

C: = que conozco se compra Pecé

D1: es el mejor

C7: no está tan caro

Nótese que hasta aquí C (C1, C2 y C3) solo había solicitado información sin llegar a valorar la compra, pero, precisamente, la reacción recriminadora de este, intensificada con la interrogación retórica (C4: ¿¡y por qué no te has comprao un- un Pecé!?)7, que insiste en el error de la compra de A, y la amenaza que supone a la imagen son activadores que provocan la reacción intensificada amenazante de enfado o enojo de A –emociones estas negativas– (A7: ¡coño! cállate ya↓ hombre/ porque es el único que conozco) y, así pues, el conflicto, al que se suma B, por su reacción emocional negativa también hacia A (en B5 y B6 arremete y vuelve a criticar de manera intensificada la decisión de A).8

Este sería el esquema básico de cualquier conflicto, según puede reconocerse en (4b): tres turnos, con un reactivo o disparador, que es la intervención de C4, por su insistente desacuerdo intensificado, y el efecto emocional negativo que este provoca en A7:

En cuanto a los papeles que cada uno de ellos desarrolla en dicho conflicto, parece evidente que B tiene un papel de perseguidor y, como tal, intensifica sus desacuerdos con A. Y C alterna en el papel de perseguidor y, seguidamente, de evitador, tras la reacción de B, con desacuerdos ahora atenuados, C6 (vamos↓ yo es que todo el mundo que conozco se compra Pecé) y C7 (no es tan caro), mediante la generalización de la opinión y el litote, respectivamente.

En suma, en (4a), la primera acción recriminadora, codificada como descortés, de B (B1: que- haberte comprao un Pecé ¡coño!), no provoca un reacción o efecto negativo en A, sino simplemente una respuesta de desacuerdo junto con la explicación de por qué se ha comprado un Mac y no un PC. No hay conflicto todavía. El conflicto se produce realmente en (4b) (continuación del diálogo anterior) porque existe un efecto emocional negativo en las reacciones ahora de A (A8) hacia el acto impositivo e insistente de C (C4) y de B (B6 y B7) hacia A.

Ahora bien, se trata solo de un conflicto momentáneo y breve, que se produce en un momento dado en la conversación por la insistente invasión del territorio de los interlocutores y, así pues, la amenaza a un «ideoma» muy español, a una imagen de autonomía (percepción que tiene una persona de sí mismo y que los demás tienen de él) que Bravo (1999 y 2003) describía como «autoafirmación» y «autoestima» («mostrarse original y consciente de las buenas cualidades propias» y hacer consciente al otro de estas). En el conflicto los tres interlocutores adquieren el rol de perseguidores, si bien, al final, C se convierte en evitador. La duración de la situación de conflicto (su carácter momentáneo y ocasional) y la causa o tema del conflicto son rasgos diferenciales con respecto al tipo de conflicto amoroso de pareja analizado en Briz (2024), pues el conflicto en este último es leitmotiv de la conversación.

Por otro lado, del análisis de (4b) podemos identificar un primer tipo de conflicto temático, real, provocado por la invasión o espacio del otro, conflicto por amenaza a la imagen de autonomía española descrita antes (véase también Bernal (2005: 369-371), un conflicto por descortesía, donde los perseguidores acaban en muchos casos siendo evitadores o, en términos más lingüísticos, las acciones intensificadas dejan paso en ciertos momentos a las realizaciones atenuadas.

4. LOS OTROS CONFLICTOS TEMÁTICOS EN LA CONVERSACIÓN COLOQUIAL: CONFLICTO ANTICORTÉS Y CONFLICTO NARRATIVO

No son muchos los conflictos entre familiares, amigos o conocidos que hemos podido reconocer en las 18 conversaciones analizadas del corpus Val.Es.Co (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2002). Lo relevante no es, así pues, la frecuencia –escasa, por lo general, dada la preponderancia de los fines interpersonales y sociales de la conversación coloquial11– sino las características singulares de muchos de los conflictos que hemos llamado conflictos temáticos, siguiendo la propuesta de Albelda (2008), en contextos de proximidad o cercanía: su especial desarrollo y funcionamiento, la presencia del humor en el «fragor de la batalla» (Linares 2022) en muchos de ellos y la decidida apuesta de los interlocutores por el rol de perseguidores (de hecho, en algunos de ellos todos los participantes acaban siendo perseguidores de los presentes en la conversación en curso o de los ausentes (comp. el análisis del conflicto familiar irlandés en Clancy 2018).

Asimismo, coinciden todos estos conflictos en que son ocasionales, como el del ejemplo ya analizado de (4b), es decir, aparecen en un momento de la conversación en el que se introduce algún tema que provoca un desacuerdo continuado con reacciones emocionales negativas entre los interlocutores o, como veremos a continuación, de estos con terceros.

Algunos, los menos, como el de (4b), son conflictos reales que surgen por la amenaza a la imagen de alguno o algunos de los interlocutores, son conflictos por descortesía. Como observaremos, la mayoría de estos conflictos son aceptados (y buscados) dentro del grupo como una marca de acercamiento, de cohesión y de identidad de sus miembros, poseen a veces un alto grado de fingimiento y añaden muy frecuentemente una función lúdica; los hemos denominado conflictos anticorteses.12 Se suman a estos aquellos otros que hemos decidido llamar conflictos narrativos, algunos de ellos pensados e imaginados que se cuentan y que afectan a menudo a terceros no presentes en la conversación en curso, sean estos familiares, amigos o solo conocidos. Algo importante que –notaremos– distingue a buena parte de todos estos conflictos conversacionales coloquiales documentados de otros es el hecho de que no tengan consecuencias graves o un impacto importante en la vida de los interlocutores. Se trata de conflictos que afectan, sobre todo, a las relaciones cotidianas de los participantes o a aspectos de la vida de estos, especialmente aquellos que ponen en duda las buenas cualidades de alguien o cuestionan sus decisiones. Bien podría decirse que no son realmente el prototipo de pelea, de lucha, en suma, de lo que en sentido estricto se entendería por conflicto o conflicto intratable.

4.1. Conflictos anticorteses en familia

Sin duda, una muestra prototípica de este conflicto temático anticortés familiar es el que tiene lugar en el fragmento que sigue de la conversación RV.114.A.1. entre un matrimonio, C (esposa) y A (esposo), de edad entre 26-55 años, con una mínima participación de B (hijo de ambos, menor de 25), en la casa particular de estos. Hablan de la enfermedad de A, que padece artrosis de columna. A y C son analfabetos y B tiene estudios primarios. Y es el desacuerdo continuado en la identificación de la enfermedad de A y en el tratamiento que conviene a esta lo que provoca el conflicto, pero un conflicto, como veremos, algo singular en su final.13

4.1.1. Ejemplo de conflicto anticortés en el matrimonio

En (5a), comienza el desacuerdo entre el matrimonio: la esposa (C1) le sugiere a su esposo (A) que, dado que se encuentra enfermo, pida la baja al médico, con lo que este no parece mostrarse de acuerdo:

(5)

[RV.114.A.1.: p. 295-297, líneas 135-201. Conversación entre el matrimonio, A (esposo) y B (esposa), y su hijo, C en la casa particular de estos. Hablan de la enfermedad de A, que padece artrosis de columna. A y C son analfabetos y B tiene estudios primarios.]


(5a)

C1: ¿y por qué no bajas a por la baja?/ si estás malo asín↓ de todas maneras→

A1: ((si es lo que me dijo)) la otra vez// lo que pasa que la otra vez iba cogiendo naranja→/// y el médico dice no hagas esfuerzos/// que es un esguiarro↓ no hagas esfuerzos// que me puse indiciones d’esas↑ y después es [cuando fue ya]

C2:                                                                                     [sí pero] ahora- ahora no será el esgarro porque ya [te→]

A2:                        [puees] es el mismo sitio↓ EL MISMO EL MISMO EL MISMO sitio§

Y continúa, en (5b), con mayor intensidad, porque A (A3, A4) cree que su esposa (C) no se entera de nada, que confunde su enfermedad, la causa de esta, etc., lo que provoca el enfado de este. Así, el desacuerdo continuado y en aumento entre ambos y las reacciones negativas originan el conflicto:

(5b)

C3:  § ella dice ¿él ha hecho esfuerzo? digo yo no lo sé digo [yo lo primero]

A3:                                                                                            [¡hombre!] ¿¡pos no te lo dije ayer!?§

C4:           § PERO YO L’HE DICHO que habías ido a coger una (bovedilla)) y t’habías quedao ENGANCHAO↑§

A4:                         § ENGANCHAO ¡NO!/// °( ((ya estoy hasta los cojones)) )°

C5: ¿TÚ NO ME HABÍAS DICHO QUE HABÍAS COGIDO UNA- UNA BOVEDILLA D’ESAS Y QUE TE HABÍAS QUEDAO ASÍ/ [QUE TE DOLÍA ↑?]

A5:                                                                                              [una bo-] una bovedilla↓ síi

C6: ¡vete a cagar→ ya!/ ¡ves↓ baja tú!/ ¿¡sabes qué te digo!? que la médica dice que cuando tú estés malo que bajes

Los desacuerdos intensificados de A (el esposo, A3) hacia C (su esposa) y el enfado creciente de aquel (A4 y A5) –insistimos– por la supuesta falta de entendimiento de su esposa, se realizan lingüísticamente con expresiones exclamativas (con pronunciación marcada, marcada en la transcripción con la letra mayúscula): ¡ENGANCHAO ¡NO!; o malsonantes: ya estoy hasta los cojones. Por su parte, el efecto de dichas palabras en C es también extremadamente negativo, pues replica con fuerza a su marido el trato que le está dispensando por mostrar interés y preocupación (C4 y C5) y termina su intervención con expresiones descalificadoras, reproches (C6: ¡vete a cagar→ ya!/ ¡ves↓ baja tú!/ ¿¡sabes qué te digo!? que la médica dice que cuando tú estés malo que bajes).

El conflicto continúa, como se muestra en (5c), por el fuerte desacuerdo de réplicas y contrarréplicas, realizadas con palabras gruesas por parte de ambos, ahora por la negativa de C a tomarse las medicinas que le ha recetado el médico, por el enfado de su esposa, por los reproches que esta recibe por haberlas comprado y, finalmente, por el desacuerdo en la identificación de la enfermedad que A tiene en realidad (C: TÚ TIENES INFLAMACIÓN EN LOS HUESOS↑ QUE LO HA MIRAO ELLA Y TIENE ESO// TIENE ASTROSIS) y en lo que perjudica a esta (C: y se INFLAMAAN ↑/ con el FRÍOO// SABIONDO):

(5c)

C7: no↑ es que lo ha dicho así porque ella dice que puede [ser que=]

B1:                                                                                       [poh]

C: = l’ha cambiao todo el tratamiento↓ l’ha cambiao la pomada↑ y l’ha cambiao unos porvos

A6: tampoco- no me los voy a tomar

C8: ¿¡no te los vas a tomar!? pos a mí no me digas de gastarme tanto dinero↑ que la semana pasá me gasté cinco mil pesetas↑§

A7:                                                            § ¿¡y pa(ra) qué [los sacas/ los polvos!?]

C9:                                                                                       [y esta semana] (( )) otras cuatro mil§

A8:          § ¿¡pa(ra) qué has sacao los polvos!?// lo otro es para el costipao/ y con la mitad hubiera valido/ ¿¡pa(ra) qué sacas el jarabe!?

C10: y- y los polvos te los tienes que tomar pa(ra) la inflamación de los huesos↑

A9: ya↓ lo de la astrosis [ya lo sé=]

C11:                                [¿y eso qué es?]

A: = ya lo [sé yo=]

C:             [¿y eso qué es→?]

A10: = eso es el frío que tengo [aquí=]14

C12:                                           [¿eh?]

A11: = QUE SE DESGASTAAN↑

C13: y se INFLAMAAN ↑/ con el FRÍOO// SABIONDO

A12: °(¡me cago en la puta [((madre!)) )°=]

C14:                                     [síi]

A13: = pueh anda quee (( ))

C15: Y SE INFLAMAN LOS HUESOS CON EL FRÍO↓ SI NO TE SABE MAAL

A14: si yo no tengo inflamación en los huesos§

C16:                                                                   § TÚ TIENES INFLAMACIÓN EN LOS HUESOS↑ QUE LO HA MIRAO ELLA Y TIENE ESO// TIENE ASTROSIS15

Pero, sin embargo, cuando parece que el conflicto está en el punto más álgido por el fuerte desacuerdo y por la agresividad verbal de uno y otro –ambos actúan como perseguidores– (como puede notarse en las intervenciones de C mediante la interrogación retórica, C8: ¿¡no te los vas a tomar!?, la pronunciación marcada en C13, C15 y C16: TÚ TIENES INFLAMACIÓN EN LOS HUESOS, la repetición de las palabras de su esposo en un sentido contrario, C8 y C16, el insulto, SABIONDO, etc.), el efecto deja de ser negativo, como puede leerse en la continuación de la conversación (5d), gracias a la rebaja del grado de desacuerdo de A y al cambio temático entre risas de A y de B al final del fragmento (A15: pos anda que esta mañana→; B2: pos- pos ¡como no hace frío!), como se refleja en las notas 16 y 17 y en las risas también de C17:

(5d)

A15:  [pos anda que esta mañana→]16

C17:  [(RISAS)]

B2:    [pos- pos ¡como no hace frío!]/17 ¡como no hace frío/ ahí arriba!18↑ puees/ ¡te cagas!

A16: ella que dice que→/ hacía frío (3”)

B3: allí te mueres de frío↓ allí

Las risas favorecen la minimización del conflicto, aunque aquí más bien apuntan a un tipo de conflicto que hemos dado en llamar conflicto anticortés, un conflicto «rudo» en situaciones de máxima confianza, con descortesías extremas cuyo efecto descortés aparece neutralizado por esa familiaridad;19 por ello, podría llamarse también conflicto pseudo-descortés. En otras palabras, el conflicto era o acaba siendo para todos los interlocutores un conflicto ficticio, fingido, una forma lúdica, un juego anticortés en familia, que emplea «disfemismos y ataques humorísticos», que, como indicaba Linares (2022: 290-291) al analizar esta misma muestra de conversación, son modos de manifestar la comunión del grupo familiar o, con sus propias palabras, «para reforzar los vínculos entre los participantes de la conversación». En cualquier caso, sea inicialmente un conflicto más o menos real y termine siendo más bien fingido, con descortesías aceptadas, el humor, como destaca la autora citada (y puede notarse en las risas de los interlocutores; según notas 16 y 17), media en el conflicto conversacional. Y cabría añadir que estos recursos humorísticos constituyen un rasgo diferencial de estos conflictos conversacionales temáticos entre familiares, amigos y conocidos, respecto a otros conflictos reales, digamos, más graves y permanentes, como el de las relaciones amorosas de pareja que analizábamos en su día (Briz, 2024), donde el humor brilla por su ausencia y, si aparece, puede ser, incluso, para mal.

4.1.2. Otro ejemplo de conflicto anticortés

Otro conflicto en la misma línea que el anterior, es decir, anticortés o pseudo-descortés, aparece en el fragmento de la conversación VC.117.A.1 que reproducimos en (6):

(6)

[VC.117.A.1.: p. 323-324, líneas 34-75. B, mujer, y C, hombre, son matrimonio, entre 26-55 años. A es su hija. Todos tienen estudios medios]


A1: ¡OYE A MÍ NO ME HAS SACADO JAMÓN!

B1: no/ que ahora lo voy a sacar aparte en un plato

A2: vale///(8.5’’) espera que ponga bien la mesa/// vale///(4’’) eso son pastelitos dee

C1: mm YA HA EMPEZAO LA PELÍCULA (3.5”)

B2: ¡AY AY AY!/ oye Mónica/ ponme el vídeo

C2: YA (E)HTÁ PUESTO

B3: ¡mira que es!/ ¿eh?

C3: YA (E)HTÁ PUESTOO

((…))

A3: °( ((¡Teo))20 en el vídeo cómo te lo ha puesto!)°

B4: ((Teo)) mira que tiene maal ¿eh? yogur21/ tiene mal yogur grande§

C4:                                                                                                          §°(alcahueta)°

B5: ¡cállate ya!///(2’’) no hace más que hablar/ °(sandeces)°

((…))

A4: (GRITO)22

C5: ¡qué torpe eres! ((¡che!))

A5: no pasa nada

B6: mánchate/ °(mánchate y verás)°

A6: °(sí↓/ me mancho)° (4’’)

B7: (( ))

A7: da igual

Las intervenciones descorteses intensificadas –activadores del conflicto– de B (B4: ((Teo)) mira que tiene maal ¿eh? yogur/ tiene mal yogur grande y B5: ¡cállate ya!/// no hace más que hablar/ °(sandeces)°,), así como la de C4:°(alcahueta)°, tienen un sentido humorístico, según parecen indicar las notas 20 y 21 pertenecientes a la propia transcripción, y a este apunta también la pronunciación en susurro de los insultos. Así pues, no tienen efecto descortés o este aparece neutralizado por la cercanía entre los interlocutores, funcionan como anticortesías y, por tanto, el conflicto es en cierto modo fingido o, al menos, aceptado y sin consecuencias importantes para los afectados. En suma, tiene poco o nada del denominado conflicto intratable.

4.2. El conflicto narrativo con alguien presente o con un tercero

Se trata de otro tipo de conflicto temático prototípico de la interacción coloquial, al que hemos llamado narrativo porque se desarrolla en forma de relato o historia. Los conflictos narrados pueden afectar a alguno o algunos de los conversadores presentes o, lo que es más común, a terceros, sean familiares, amigos o, como sucede a menudo en nuestras muestras, conocidos. En otras palabras, se trata de conflictos relatados en la conversación en curso por un hablante-narrador hacia un oyente u oyentes-narratarios y cuyos protagonistas son personajes conocidos por este (familiares, amigos o conocidos) presentes o, lo que es más común en nuestro corpus, ausentes, o bien se trata de personas desconocidas. Puede suceder también que el hablante-narrador no sea parte (activa) del conflicto, sino simplemente el narrador de la historia conflictiva entre terceros ausentes de la conversación.23 Y, asimismo, puede que el conflicto no haya sucedido realmente, sino que se piense o imagine (sobre los relatos conversacionales coloquiales, ver Briz 2016).

4.2.1. Dos conflictos narrativos con amigos y familiares

En las historias conflictivas de (7) y (8) el hablante-narrador muestra su desacuerdo continuado, en alianza a veces con el oyente-narratario, como ocurre en el primer relato, hacia lo dicho o hecho por terceras personas no presentes en la conversación en curso.

En (7) hablan tía (A) y sobrina (B). Se narra el conflicto que provoca el machismo del marido de A y del hermano de B, quienes tratan a esposa y hermana como criadas:

(7)

[EL.116.A.1.: p. 308, líneas 11-29. B interactúa con su sobrina A. Ambas mujeres tiene entre 26-55 años y narran escenas machistas, en este caso de B con su hermano]


A1: es que como me ha dicho tenme la ropa prepará y digo con las uñas tiernas24 no/ luego como me has dicho tú lo de tocar↑ l’he sacao del armario la-la percha y se la he puesto encima de la cama todo// pero§

B1:                                                      § si es que son así los hombres

A2: hace mucho frío [esta noche]

B2:                            [mira mee→] mi hermano empieza/ Ferri25 no ¿eh?/ Ferri se coge su ropa y todo ((además que es una cosa)) NORMAL// pero empieza mi hermano/ Ana↑ dame los calzoncillos que me voy a duchar/ y sácame la camiseta/ y y sácame- [Y YO ME PONGO NEGRA]

A3:                                                                                                                         [(( ))] dile dile dile/ [y esta=]

B3:                [yo me p-]

A4: = empieza→

B4: yo me pongo [NEGRA↑]

A5:                       [esta] empieza un día→ ((y dice)) ¡hala! le voy a decir yo eso↓ y dice sí↓se lo dices desde la ducha igual que te lo dice él↑

B5: ¡CLARO!/ es que§

A6:                             § y empieza el tío ¡me cago en Dios↑/ me cago en Dios!

B6: ¿¡eh que/ tú te lo imaginas↑ que le tengas que dar↑// unos calzoncillos↑!? ¡me cachis la mar!/ [eh que no lo entiendo↑ (( ))]

A7:                  [el TÍo↑ SAbe DÓNDE LO TIENE↑] TODO/ porque es que donde está→ y hay veces que por circunstancias↑// [hasta hay días de-]

B7: [les da por a- por ahí (( ))] yo qué sé/ porque ha hecho eso otra gente- lo hace todo el mundo ¿eh? →§

A7:                      § todo el [mundo]

B8:                                     [todos los] hombres

Destaca que la reacción de desacuerdo de B (Y YO ME PONGO NEGRA) ante tales actitudes machistas de su hermano provoca un efecto emocional negativo, de ira, en este y, así pues, lo que sería en la historia narrada el comienzo del conflicto. En otras palabras, el conflicto lo origina la propia reacción emocional negativa machista hacia su hermana (B), que, según cuenta esta, muestra su enorme disgusto (¡me cago en Dios↑/ me cago en Dios!) porque no le ha preparado la ropa y, además, le reprocha a esta que se queje de tener que hacerlo. Ambas mujeres, pese a sus quejas y enfado, especialmente, de B, asumen un papel de evitadoras, pues parecen justificar esa actitud desde los inicios (B: si es que son así los hombres) y también al final, con argumentos de generalización (B: les da por a- por ahí (( )) yo qué sé/ porque ha hecho eso otra gente- lo hace todo el mundo ¿eh? → todos los hombres. A: todo el mundo). En suma, un conflicto traído a menos, minimizado por estas.

En (8) aparece un relato conversacional que cuenta el conflicto del hablante-narrador C con otro amigo no presente en la conversación, Emiliano:

(8)

[H.38.A.1.: p. 43, líneas 543-556. Varios jóvenes varones, amigos, conversan y cuentan historias vividas por ellos, mientras comen en el campo]


D1: = y Emiliano se mos- a veces se mosqueaba con él// mosca ¿a que no le tiras a ese a esa (RISAS) farola un gapo?/ y PAAA26 y verde

A1: mm27§

D2:          § y el mo- y el Emiliano→/yo también / y salpicaba a to’l mundo↓ (RISAS) y hacía PRRR28 (RISAS) Emiliano

C1: es verdad ¡cómo nos reíamos!

A2: lo que me reí yo↑ fue cuando una botella de champán↑ le29 apunté al ojo así↑30

C2: (RISAS)§

B1:               § ¿y le diste↑ nano31 ? ¡no jodas↓ tío!§

C3:                                                                           § íbamos↑ y estábamos donde estaba él y él estaba de espaldas

A3: estábamos ciegos↓ completamente

B2: [(RISAS)]

C4: [y yo te dije] dale→ dale en to’l cogote/ y él me oyó↑ se giró↑/ y en vez del cogote en [todo el ojo]

A4:                [en todo el ojo que le dio]

B3:                [(RISAS)] ¡qué putada! (RISAS)§

A5:                                                                     § es que además↑§

C5:                                                                                                  § se quería ir a su casa (RISAS)

A6: y yo le dije [no/ Emiliano por favor]

C6:                    [y luego dij-] que por- por qué le odiábamos↓ tanto [(RISAS)]

B4:                                                                                                       [(RISAS)] ¿qué era/ una depresión↑ nano?

C7: (( )) que no te odiamos↓ [que ha sido este]

A:                                          [eso fue en COU↓] tú↓ hace un montón de años↓ ya

El conflicto surge, tras los comentarios burlescos hacia el citado Emiliano y, más exactamente, por la broma pesada de darle en el ojo con el tapón de una «botella de champán» al descorcharla, tal y como co-relatan A y C en tono humorístico (A2, A3, A4 y C3 y C4). Emiliano parece sentir la burla y la falta de aprecio y consideración de sus amigos (el odio hacia él, según las palabras de Emiliano, reproducidas por C6, y las propias palabras de C7), lo que lleva a aquel a reaccionar de forma negativa y recriminadora, según relata C5, C6 y C7. Una respuesta que nada tiene que ver con las reacciones, entre risas, que intentan justificar la broma y la función lúdica y no de minusvaloración de su amigo Emiliano, todo ello en un intento de restaurar la imagen de este y, así pues, de minimizar y poner fin al conflicto (como manifiestan a su vez las intervenciones atenuadas de A6 y C7, ahora en el rol de evitadores).

La imagen del tal Emiliano queda comprometida –esa imagen del orgullo personal, a la que hemos aludido en varias ocasiones– y de ahí el conflicto narrativo, aunque para el resto de interlocutores sea un relato conflictivo humorístico con función anticortés, en tanto, como historia vivida por todos ellos, aumenta los lazos sociales del grupo. Como relato lúdico, además, el humor crea interés y, por ello, está presente en todas las intervenciones valorativas (evaluaciones) de los hablantes-narradores y de los oyentes-narratarios, aunque, obviamente, no tanto en la propia historia ni en la voz de Emiliano, el afectado.

4.2.2. Un conflicto con terceros, ni siquiera conocidos

En el fragmento de (9) se cuentan historias sobre las bromas pesadas a través del teléfono y el conflicto que generan con terceros, en este caso, los bromistas. Estas bromas telefónicas y, más aún, las que se producen de madrugada provocan el malestar y enfado de los que las sufren, por un lado, por los malos augurios de las llamadas de madrugada sobre el estado de salud de los hijos que han salido de fiesta y, por otro, por el hecho de que interrumpan el descanso nocturno. Y si, como ocurre, la broma se repite, lo que inicialmente son meros desacuerdos con la actuación de los bromistas se transforman en enfados, los cuales provocan que surja el conflicto o este aumente de grado. El esposo de C, que ha de madrugar al día siguiente –según narra la propia C– se exaspera, como puede notarse en las reacciones de desacuerdo intensificadas contadas por esta:

(9)

[H.25.A.1.: p. 238, líneas 222-245. Interacción en una droguería entre dos varones, A, dependiente con estudios primarios, D, profesor, y C, mujer, ama de casa con estudios primarios. Conversan sobre las bromas pesadas por teléfono]


C1: a- los chiquillos a lo mejor [es=]

A1:                                             [sí]

C2: = un fin de semana que están por ahí/ te llaman a las dos de la

mañana↑§

A2:         § claro (( ))

C3: ((pues)) el apaga y vamonós§

D1:                                              § [pues nada]

A3:                                                 [sí sí↓ eso mucho] eso pasa mucho§

C4:                                                                                                         § mi marido pegó un bote de la cama ¡no veas! se le cayó hasta el teléfono// ¿está Jesús? dice mi marido→ mire↓ se ha equivocao// se acuesta§

A4:                                                 §¿y volvieron a llamar otra [vez?]

C5:                                                                                              [¡oh que] si volvieron a llamar!/ a las tres horas que el hombre se había [quedao otra vez un poco embelesao→]

A5:         [que ((te- tenían)) el teléfono] mal o equivocao§

C6:                                                                                     § ni- mira↓ ya cogió el teléfono y dice ni está Jesús ni su PUTA MADRE/32 y yo→ Vicente ¡por Dios! dice NI VICENTE NI SANTO VICENTE PERO ¿¡ESTOS QUÉ S’HAN CREÍDO ESTA NOCHE!? [y=]

D2:            [sí sí]

C: = ya se fue a trabajar sin- sin- sin dormir

D3: es que son bromitas pesadas

En C4 comienza el relato de la broma con el susto y molestia que provoca en el marido la primera llamada de teléfono de madrugada. Continúa la historia con el enfado o, más bien, reacción de ira del marido contada por C5 y C6 que provoca la segunda llamada y, en consecuencia, el conflicto: ni- mira↓ ya cogió el teléfono y dice ni está Jesús ni su PUTA MADRE/ y yo→ Vicente ¡por Dios! dice NI VICENTE NI SANTO VICENTE PERO ¿¡ESTOS QUÉ S’HAN CREÍDO ESTA NOCHE!?

4.2.3. Varios conflictos imaginarios,«pensados», con un conocido

En (10) se narran los varios conflictos, durante un viaje turístico, con uno de los viajeros por las críticas de este hacia la comida y sus quejas constantes sobre varios temas. Lo que son inicialmente desacuerdos terminan siendo conflictos, aunque alguno de ellos imaginario, pues se narran los pensamientos y efectos negativos que les provocaron las reacciones críticas y las quejas continuas de dicho viajero. Los dos relatos afectan directamente a los participantes, son historias vividas por estos y, de ahí, la participación activa de todos ellos, a menudo como co-narradores de estos conflictos con el compañero de viaje (sobre este tipo de relatos conversacionales coloquiales, véase Briz 2016).

Las críticas del viajero comienzan con la valoración negativa de las paellas de Valencia (10a), continúan con la afirmación de que en Valencia no hay ostras (10b) y acaban con críticas a la comida del hotel donde estuvieron alojados en el viaje (10c). Todo ello provoca desacuerdos continuados de los participantes en la interacción, J, F, M y P hacia el compañero de viaje y un enfado que desemboca en palabras gruesas y en la dramatización de un conflicto en buena parte, como señalaba, imaginario:

(10)

[PG.119.A.1.: p. 276-279, líneas 18-150. Fragmento de conversación durante una comida: M y J, amas de casa; P (joyero) y F (taxista), esposos, respectivamente, de estas; todos tienen entre 26-55 años. Se narran historias de viajes]


(10a)

((…))

J1: uno que iba en la excursión/ quee// no sé si era// sudameriCANO/ norteameriCANO no sé qué ((historia))/ un hijo de puta más

F1: bueno luego te lo diré

J2: empezó con la PAELLA/ la cosa salió ya con la paella ¿sabes?// porque TAL/ porque/ e- estábamos hablando de que cada nación y tal/ pues tiene sus cosas buenas como Extremadura/ pues tiene sus embutidos↑ yy- en fin/ yy ASTURIAS tiene la leche↑ yy/ todo yy HO- HOLANDA los quesos↑ y en fin/// que nada↓ quee las PAELLAS su mujer las hacía// e- es canaria

F2: que en Valencia había comido las PEORES PAELLAS que- que había comido él§

J3:§ ¿sabes?/ y digo síi [sí/ no/ no// bueno]

M1:                               [depende de dónde]

P1: si no sabe dónde tiene que ir a comer→


(10b)

J4: me di- ¡ah! y me dicee las ostras o no sé qué// dice porque aquíi/ porque no sé cuántos/ no/ en Valencia/ que [no]

F3:                                           [en] Valencia no habían ostras (( ))

J5: no habían ostras/ dice

M2: ((vete a)) (( )) y verás como sí hay ostras

J6: lo que tienes que hacer es gastarte el dinero y verás como sí que hay ostras

M3: (( ))

En los fragmentos de (10a) y (10b) hay desacuerdos continuados hacia la opinión crítica del viajero sobre las paellas valencianas y de la inexistencia de ostras en Valencia. Sin duda, tales valoraciones afectan a la imagen de grupo y a la identidad. Como afirmaba Bravo (2003), el español se siente orgulloso de sus buenas cualidades y de las de su grupo y, por tanto, tales críticas constituyen una fuerte amenaza a esta imagen. No extraña que, si no se minimizan de algún modo, acaben provocando el conflicto, como así sucede.

Las reacciones finales de M 2y J6 en (b) van más allá de mostrar un simple desacuerdo, pues el enfado ya comienza a ser evidente. Y las repetidas críticas, que continúan en (10c) causan el estallido del conflicto:

(10c)

J7: que conste que allí en el hotel nos dieron bien de comer// y el tío/ que tal y que cual y digo ¿qué quieres que te den? por lo que pagas ¿qué quieres que te den?/// ¿salmón to(do) los días?/// y el tío se mosqueó ¿sabes? se levantó y se fue/ digo ¡hale! vete a tomar por culo/ hijo puta/// la mujer en contra d’él también un/ un cabezón de- de la hostia

Así, un reproche intensificado de J7 hacia el viajero, mediante sucesivas interrogaciones retóricas, trasluce efectos emocionales negativos, que provocan, según la narración de J, que el compañero de viaje se enfade y se marche, a lo que se añade un pensamiento final de aquel que muestra a las claras el punto álgido en dicho conflicto: digo ¡hale! vete a tomar por culo/ hijo puta, sobre el que el mismo J8 vuelve un poco más adelante (10d):

(10d)

((…))

J8: su mujer que es canaria/ que hacía las paellas digo tu mujer les saldrán las paellas muy buenas en Canarias// peroo/ a lo mejor si las hace en Valencia pues a lo mejor aún le salen mejor// noo/ porque no sé cuÁNTOS/ ¡oy!/ ¡hala! vete a hacer por ahí el/ CARAJO/ ¡collons!33

A continuación, más quejas, más enfados y más conflictos. En el fragmento de (10e) se narra un nuevo conflicto del viajero «protestón» con un camarero por su escasa diligencia a la hora de servir. Destacan las reacciones emotivas negativas de dicho viajero-cliente hacia el camarero, según cuenta J9, con recriminaciones intensificadas y descorteses (¡YE!// ¡me cago en la HOSTIA!// UNA HORA QUE ESTOY AQUÍ ESPERANDO) e insultos gruesos (y le dijo hasta maricón, según cuenta J), y haciendo caso omiso a la justificación de J en defensa del camarero:

(10e)

((…))

J9: ((…)) entramos ahí en un bar↑// una de esas paradas que se baja todo el mundo a tomarse un café o tomarse una/// unas cervezas o algo/ o lo que sea↓ claro todo el mundo (( )) ESTO/ lo otro/ no sé CUÁNTOS// y aquellos/// yaa/ por lo menos habían despachao a la mitad deel-// del autobús// y hace/ ¡OYE!// no sé cuántos/// ¡YE!// ¡me cago en la HOSTIA!// UNA HORA QUE ESTOY AQUÍ ESPERANDO no sé qué y le digo yo/ ¡pero hombre!// pero los camareros// no llevamos un número en la frente/ no saben quién es el unoo ni el dos/// están trabajando y ya te servirán cuando puedan// no me dijo ni media// pero al camarero→// empezó a meterse con él y le dijo hasta maricón

F4: un imbécil§

J10:                   § no sé cuánto no sé más§

M4:                                                           § con maleducaos no se puede sa[lir de CASA]

J11:                                                                                                                [digo/ si soy yo↑]// digoo aquí no/ pero cuando sale por la puerta// me voy detrás de él y le meto una hostia que lo estampo// ((¡el hijo de Judas!/ [una persona que está trabaj=]))

M5:                                                                [es que hay MALAS SOMBRAS ¿EH?]

J: = ANDO↑/ insultar al camareroo yy meterse con él↑/ y insultarle y empezar a- a- a-/ ¿sabes?// no ((hombre)) no me parece justo

((…))

J12: ((…)) MAMARRACHO/ quédate ahí/// hay gente que// en vez de ir a divertirse y disfrutar/ van a na(da) más que a/ poner// [PEgas y a]

F5:                                                              [AQUEL/ es]tuvo to(do) el tiempoo/ quejándose de todo

J13: un muerto de hambre

F6: al final/ to(do) el autobús decía// ¡será mala sombra el tío este!34

M6: noo/ d’esos que son protestones y se creen que ellos/ AGR/ AGR//35

Al final, los hablantes, a la vez co-narradores de estos relatos, coinciden en los mismos pensamientos críticos y duros hacia el conflictivo viajero, como muestran las reacciones agresivas y amenazantes que imaginan podrían haber tenido lugar (J11: digo si soy yo me voy detrás de él y le meto una hostia que lo estampo…) o realmente pensaron en aquellos momentos: los insultos de J11, J12 y J13 (¡el hijo de Judas! MAMARRACHO. Un muerto de hambre), F4 (Un imbécil) y M4 y M5 (Con maleducaos no se puede salir. MALAS SOMBRAS). El fragmento y la narración del conflicto termina con la opinión extendida de «todo el autobús», según cuenta F6, de la «mala sombra» (esto es, mal carácter) del tipo –entre risas, como indica la anotación de la transcripción en nota 34– y con la descripción que hace M6 de la actuación agresiva de ese viajero mediante el empleo de la onomatopeya (AGR/ AGR), como se indica en la nota 35.

Es relevante observar que estas narraciones cuentan conflictos con terceros y el humor no está presente en las historias y, si lo está, no es un mecanismo atenuador del conflicto ni producto del juego anticortés. Aquí se reprocha con fuerza, se recrimina la actuación de alguien y las reacciones emotivas negativas tienen consecuencias para los contendientes. Los desacuerdos provocan verdaderas reacciones negativas, con descortesías manifiestas. Solo al final F6 ríe, quizás, como modo de restar negatividad y bajar el grado del conflicto narrado hasta ahí.

5. CONCLUSIONES

Según concluíamos en Briz (2024) y también aquí, todo conflicto supone un desacuerdo previo continuado, al menos, de tres turnos con reacciones y efectos emocionales negativos. La descortesía es un activador o agravador del conflicto, aunque hay descortesías que no llegan a provocar conflictos, porque no se interpretan como tales.

En las 19 conversaciones que forman el corpus Val.Es.Co (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2002), además del conflicto amoroso de pareja –conflicto intratable–, analizado en Briz (2024), un conflicto este real y permanente durante los diez minutos que dura la conversación [ML.84.A.1], hemos documentado 8 conflictos más entre familiares, amigos o conocidos.

Dados los fines interpersonales y sociales predominantes en la conversación coloquial, no extraña que la presencia de estos sea más bien baja. Lo relevante son las características de algunos de estos conflictos temáticos, de contenido, en contextos de proximidad o cercanía, su especial desarrollo y funcionamiento, sobre todo, por la presencia en algunos de ellos del humor, introducido por alguno o algunos de los interlocutores, y por el papel de perseguidores que acaban por adoptar todos los contendientes presentes, incluso, algún que otro ausente. «Todos contra todos o todos contra uno»; luego, sus intervenciones y sus acciones están intensificadas.

Asimismo, frente al carácter permanente del conflicto (intratable) de pareja estudiado, cuyo leitmotiv es el propio conflicto, estos otros conflictos documentados son ocasionales, aparecen en un momento de la conversación en el que se introduce una temática que provoca controversia o polémica y pueden ser reales en grados distintos, fingidos e, incluso, imaginarios.

De los 8 conflictos entre familiares, amigos o conocidos documentados hemos podido reconocer tres tipos diferentes. El análisis de los fragmentos de (4) nos señala un primer tipo de conflicto temático provocado por la invasión o espacio del otro, conflicto por descortesía o por amenaza a la imagen de autonomía (que en el caso del español es de autoestima o autocomplacencia, según lo apuntado por Bravo, 2003). Se trata de un conflicto breve, pero real.

Un segundo tipo de conflicto reconocido es el que hemos llamado conflicto anticortés o pseudo-decortés De este hemos dado cuenta al analizar los ejemplos de conflicto matrimonial y familiar de (5) y (6). En estos casos parece que la conflictividad está aceptada (y buscada) por el propio grupo como una marca de acercamiento, de cohesión y de identidad de sus miembros. El humor está muy presente, lo que hace que el conflicto deje de serlo, se aminore o adquiera un tono lúdico; de lo que pueda derivarse que poseen en algunos momentos un alto grado de fingimiento.

El tercer tipo que aparece en nuestras muestras es el que hemos denominado conflicto narrativo de (7), (8), (9) y (10), «luchas» que se cuentan y que afectan a menudo a terceros no presentes en la conversación. Se trata en todos los casos de reproches y recriminaciones fuertes que llegan a mostrar enfado e ira hacia un tercero o terceros. El humor aparece a veces, pero no forma parte normalmente de la propia historia ni suele afectar a los personajes protagonistas del conflicto dentro de esta, sino a la conversación en curso, a los hablantes y oyentes y a sus evaluaciones sobre la historia que se está contando. Es por ello que el humor, si aparece, suele ser en estos casos un mecanismo que crea mayor interés de lo relatado, como sucede en (8) y (10e). Otro rasgo de estos conflictos narrativos es que, en tanto historias, pueden contener un componente creativo; de hecho, pueden ser con frecuencia conflictos pensados o imaginados (como en el caso de los conflictos de 10).

Por último, habría que señalar un rasgo esencial que distingue a estos tres tipos de conflictos conversacionales coloquiales de nuestras muestras de otros conflictos posibles en conversaciones más formales o en otros géneros discursivos, incluso, de los conflictos que tienen el carácter de intratables y que pueden aparecer también en ciertas conversaciones coloquiales. Nos referimos al hecho de que no tengan, en principio, consecuencias o perjuicios graves para los contendientes como el provocar «problemas morales irreconciliables», ni «de alto riesgo», ni a «relaciones de poder», como se refiere a dichos problemas M. Estelles (en preparación 1), siguiendo a Coleman (2006). Bien podría decirse que no son realmente el prototipo de pelea, de lucha, en suma, de lo que en sentido estricto se entendería por conflicto.

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Notas

1 Esta publicación es parte del proyecto de I+D+i «Estrategias pragmático-retóricas en la interacción conversacional conflictiva entre íntimos y conocidos: intensificación, atenuación y gestión interaccional (ESPRINT)» (ref. PID2020-114805GB-I00), financiado por MICIU/AEI/10.13039/501100011033/. [Volver]

2 E. Urbaniak (2024) estudia los tipos de desacuerdo y sus características en la conversación coloquial sobre el corpus Val.Es.Co.; entre estos, analiza precisamente en su ejemplo (14) el fragmento de nuestro ejemplo (3). Indica que, en este tipo de disensiones sobre gustos, como es el caso, no se llega casi nunca a un acuerdo; incluso, pese a la intensificación del desacuerdo, el efecto, como también señalamos nosotros, no es de descortesía. [Volver]

3 Un tipo de reacción emocional que estaría en relación con el que E. Brenes (2015) llama desacuerdo con descalificación, en el que, además de una evaluación contraria del contenido afirmado por alguien o, sobre todo, se añade una valoración negativa hacia la persona en cuestión. Pueden consultarse, entre otros, los trabajos de Carpi (2003) y Blanco Salgueiro (2008) sobre los que denominan, respectivamente, actos de provocación y actos hostiles, Kienpointner (2008: 27), Kaul de Marlangeon (2017, especialmente los apartados dedicados a la descortesía y emociones negativas), Linares (2023) y Albelda (e.p., especialmente §2.2 sobre los niveles de desacuerdo en el conflicto). Un estudio de ciertos patrones interactivos del conflicto, en Bou-Franch y Garcés-Conejos (2014) y Bou-Franch (2021). [Volver]

4 Veáse el análisis de los recursos de intensificación, en Briz (2024: esp. §3), Albelda (2022a y 2022b), Sanmartín y Albelda (2023). [Volver]

5 El trabajo de Estellés (2023) permite visualizar en imágenes, a través de gráficos de dispersión y de diagramas de red, algunos patrones fónicos del conflicto, en especial el pitch, y cómo se realizan entre los hablantes según los roles que estos representan, como perseguidores o evitadores, en el conflicto. Sin duda, resulta especialmente novedosa esta «radiografía», como afirma la autora, del conflicto a partir del pitch, la cual, unida a la de otras marcas fónicas y pragmático-lingüísticas, como las que venimos citando en este trabajo, permitirán delimitar con precisión el conflicto, las emociones negativas que lo provocan o aumentan, los picos en este. [Volver]

6 Window, ventana, uso literal del término informático. [Volver]

7 Sobre el valor intensificador de la interrogación retórica en situaciones de conflicto, véase Albelda (2022a y 2022b). [Volver]

8 Interpretación diferente hace Urbaniak (2024) de este mismo fragmento en su ejemplo (15), ya que entiende que el desacuerdo es fingido y que los mecanismos de descortesía tienen más bien una función anticortés. No obstante, existen marcas lingüísticas (sintácticas, léxicas y prosódicas) que confirman que el desacuerdo es real y que existe descortesía, según recogemos en nuestro análisis. [Volver]

9 En el sistema de unidades de la conversación del grupo Val.Es.Co. (Grupo Val.Es.Co. 2014), la intervención es la emisión de un interlocutor y se distinguen tres tipos de intervenciones: a) iniciativa (Ii), en tanto intenta provocar o simplemente provoca habla posterior; reactiva (Ir), porque responde o reacciona a la intervención de otro interlocutor; iniciativa (Ir-i), que es reacción e inicio a la vez. [Volver]

10 En Briz (2005) analizábamos la estrategia atenuadora en la conversación coloquial, sus usos y valores. [Volver]

11 Así lo señala también Estellés (en preparación 1: §1.3) al afirmar que su frecuencia es menor «porque la conversación espontánea… tiende a ser colaborativa, armónica y a buscar el afianzamiento entre los interlocutores». [Volver]

12 El término se debe a Zimmermann (2005), aunque el significado con el que lo empleamos nosotros es más abarcador, pues incluye manifestaciones de descortesía familiar buscada, aceptada, cuyos efectos son o acaban siendo humorísticos. Para el estudio de esta anticortesía en conversaciones coloquiales, véase Bernal (2005 y 2007) y, más en concreto, sobre la intensificación anticortés, Briz (2017). [Volver]

13 Es el fragmento, como indicábamos al principio del artículo, que servía a Albelda (2008) y Bernal (2007) para analizar los mecanismos de descortesía, así como a Linares (2022), para estudiar el valor humorístico asociado a la descortesía y, asimismo el humor como mecanismo de atenuación. [Volver]

14 Señala su espalda. [Volver]

15 Artrosis. [Volver]

16 Entre risas. [Volver]

17 Entre risas. [Volver]

18 Se refiere al pueblo donde trabaja, Alcora, en la comarca castellonense del Alcalatén. [Volver]

19 Agradezco los comentarios al respecto de Marta Albelda. [Volver]

20 Broma entre los participantes. [Volver]

21 Por «leche», siguiendo la broma. [Volver]

22 A, la hija de B y M, grita porque le ha caído algo de comida sobre la ropa y se ha manchado. [Volver]

23 Agradezco los comentarios al respecto de M. Albelda. [Volver]

24 Acaba de pintarse las uñas. [Volver]

25 Marido de B. [Volver]

26 Sonido que reproduce la acción de escupir. [Volver]

27 Asentimiento. [Volver]

28 Reproduce la acción de escupir y salpicar con saliva. [Volver]

29 Se refiere a Emiliano. [Volver]

30 Entre risas. [Volver]

31 El interlocutor A confirma con un movimiento de cabeza. [Volver]

32 Entre risas. [Volver]

33 Valenciano: «Cojones». [Volver]

34 Entre risas. [Volver]

35 M6 describe el carácter agresivo de la persona en cuestión mediante la onomatopeya. [Volver]